Con mi anterior terapeuta me atendí durante casi 7 años. Los primeros minutos de la sesión me quedaba en silencio para ordenar las ideas y hacerme una listita mental de qué iba a decir, en qué orden y con qué relevancia.
La meta que tengo con este nuevo terapeuta es aprender a perder el control así que no hago ninguna lista y voy diciendo lo que se me ocurre. Aunque me gusta más, siento que optimizo menos el tiempo.
Que pelotudez.
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