Al igual que todos los años, desde que vivo en Buenos Aires, hoy fui a la marcha del 24 de marzo. Cuando volví de la plaza pasé a vistar a mi abuela. Le pregunte sobre cómo era Trelew en la época de la dictadura y si ella tenía miedo: tenía a su hermana de decana en la UBA y a su prima presa en Deboto. Me dijo que sí, que vivía con miedo, que ella sabía que le podía pasar algo a ella o a cualquiera de la familia, que tuvo un auto de los militares parado todos los días en frente de su casa, que no entiende cómo dejó irse a estudiar a otra ciudad a sus hijos.
Después le pregunté por su hermana, mi tía abuela Nora, que se murió hace unos pocos años en el exilio, en Venezuela. Le pregunté a mi abuela si efectivamente ella se fue porque había recibido un llamado "de milagro" de una persona que le dijo que se tenía que ir. Me dijo que no, que eso fue lo que ella le contó a la familia para que no se preocupara y que la verdad era que su hermana se tuvo que ir del país porque perdió una agenda y que en esa agenda había muchas direcciones.
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