lunes, 4 de febrero de 2019

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Llegué a Buenos Aires en 2013. A partir de ese año y hasta diciembre de 2015 leí únicamente no-ficción: crónicas, investigaciones periodísticas, revistas, etcétera. El único libro de ficción que tengo presente haber leído fue Boquitas Pintadas de Manuel Puig. Seguramente leí alguna que otra cosita más de ficción, pero la verdad es que ni me acuerdo. Tres años leyendo periodismo, el horror.
En 2016 me di cuenta leer sobre textos sobre tu área no se traduce en ser bueno en ese área. Leer periodismo y ser periodista es un error, una trampa, por eso no volví a leer investigaciones o crónicas (salvo los de una única autora: Josefina Licitra). Si el norte es escribir es mejor leer ficción, literatura, narrativa y poesía. Lo otro es blef. Lo divertido está en la ficción, no en la "realidad".

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