sábado, 12 de octubre de 2019

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Anoche lo vi a José por primera vez desde que nos separamos. Fue como ver a un fantasma. Fue desagradable. Quiso saludarme, pero no dejé que se me acercara: lo paré con mi mano cuando ya estaba a unos pasos. Nos cruzamos en la entrada del recital de Alex Anwandter. En la mitad del concierto Alex contó que llevaba varios días en Buenos Aires y que había hecho algunas entrevistas. Dijo que a la primer entrevista llegó un chico con el ojo ensangrentado, que que le habían pegado por puto. Dijo que no podía creer que aún ocurran cosas así y me dedicó una canción que se llama "Manifiesto". A dos metros mío José miraba el recital.

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