lunes, 18 de noviembre de 2019

302

Estoy en un colectivo camino a Colonia. Desde allí sale el barco que me va a llevar otra vez a Buenos Aires. Lloré varias veces en lo que va del día y todavía no me doy cuenta por qué. En la casa de Anais, Vale y Rodrigo dejé una novela que leí mientras me quedé con ellos. Es esa novela que leí cuando era un chico de 12 o 13 años y que volví a comprar. No llevé regalos, pero quería dejarles algo mío. Les escribí un textito que dice algo así como que espero nos veamos antes de lo pensado, que a veces el afecto viene de gente extraña y que yo amo a los extraños.


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