viernes, 22 de noviembre de 2019

308

Tomé un café con Leopoldo Estol, que es un amigo, que es un artista, que me gusta mucho su obra. Me hizo un retrato la semana siguiente a la que me pegaron. Charlamos una hora. La discusión era alrededor de la hipertrofia del yo  y el fin de la fantasía.


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