viernes, 11 de enero de 2019

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Casi siempre llego tarde al mundo de las tendencias. A veces, llego muy temprano: uso riñonera desde siempre, desde antes que las empiece a usar todo el mundo. De todos modos, lo que importa es lo primero, llegar tarde. Entre todas las cosas a las que llegué tarde están los discos Días de adolescencia y Noches de Rouge, dos compilados que editó en 2017 Yolanda Discos con covers de canciones del rock nacional editadas entre fines de los 60 y los 90.  Las canciones son interpretadas por artistas que aparecieron en los últimos años.
La particularidad de estas nuevas bandas y artistas no es sólo su juventud, sino que no reniegan del pasado. Les gusta el pasado. A diferencia de sus antecesores, los rockeros de los 90, estos abrazan la tradición. Y el low-fi.
En los noventa los grupos que aparecieron se dedicaron a bastardear a sus antecesores. Toda la corriente del punk (Flema o 2 minutos, por decir algunos) y también el rock chabón. Incluso aquellas bandas que no estaban en esos grupos, como Babasónicos, se encargaron de diferenciarse de sus antecesores: en una oportunidad Adrian Dárgelos dijo que ellos no tenían nada que ver con la famosa triáda ochentosa García-Páez-Spinetta.
Pero ahora eso terminó. La nueva generación de músicxs quiere a la vieja generación ¡y hasta le hace homenaje!

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