jueves, 31 de enero de 2019

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Para seguir con el hilo del texto 30:
Muchas veces leí y escuché que en los noventa Charly García se convirtió en una copia de sí mismo. Creo, no estoy seguro, que en No digas nada, la biografía que escribió Sergio Marchi, él dice que la época say no more es como una copia tóxica que Charly hizo de sí mismo. Durante mucho tiempo estuve de acuerdo con eso, pero ahora que vuelvo a escuchar la trilogía noventera La hija de la lágrima, Say no more y El aguante me doy cuenta que no, que no es una copia. Si bien esos tres discos son un poco caótico (suponiendo que es el caos lo que une todo) cada disco es muy diferente entre sí. El merito de Charly es que cada disco es completamente diferente al anterior, tiene su propio sistema, su propio sonido. Con Spinetta pasó algo similar, pero sin la toxicidad: hasta el día que se murió cada disco era un mundo.

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